Si os soy sincera (y a menudo lo soy) llevo escuchando esa misma frase hace aproximadamente 11 meses, desde que anunciamos que habíamos decidido casarnos...y realmente, nunca me he llegado a creer que ese día fuera a ser uno de los mejores de mi vida, supongo que era demasiado fuerte pensar eso.
Y si sigo siendo sincera, ese día fue maravilloso, pero no fue el mejor de mi vida. Sin duda, todo salió a la perfección, el día soleado, la emoción en el ambiente, la música, el sitio, la ceremonia,...todo fue indescriptiblemente mejor de lo que nunca hubiera pensado. Yo lo disfruté al máximo y me consta que Nacho también, intentamos estar con todos, reir, bailar,... y creo que lo conseguimos.
Al día siguiente casi sin poder disfrutar de los comentarios post-boda y ver apenas unas fotos, nos fuimos de viaje, a ver cosas nuevas, a desconectar...nos vino muy bien y estuvimos agustísimo, otro diez en el mes de octubre del 2010 para no olvidar.
Hoy, un mes después, miro atrás,...he hablado con muchos de nuestros invitados, con nuestras familias, he comentado cosas que viví en primera persona ese día, y he descubierto cosas que vivieron otros y que me han hecho reir y sentirme aún más satisfecha y FELIZ.
Y hoy lo entiendo todo, ahora entiendo el por qué me decían que sería el más feliz de mi vida,...y sí, hoy mirando atrás, me doy cuenta que fue un día MUY especial, que nunca se repetirá..., un mes después me he despertado, he mirado a mi lado y he comprendido que ese día fue un punto de inflexión en mi vida.
La foto que os he dejado es la primera foto que nos hicimos Nacho y yo, entonces no nos conocíamos, yo estaba recién llegada casi a Fuengirola, ni siquiera sabíamos lo que pensábamos el uno del otro...hoy, esa foto ha dado pie a muuuuuchas más fotos, y espero que a muchas más en el futuro.
A boca llena, hoy puedo decir, que fue especial y perfecto porque fue CONTIGO.
