lunes, 24 de septiembre de 2012

Sembrado -sin ofender a los horticultores-

Arturo...estás sembrado como -casi- siempre 

En ciertos post de tu blog me sumerjo como pez en el agua y me mimetizo con tus palabras, hoy otra vez ha pasado. Y es que, es cierto, estamos llegando a un extremo extremísimo en taantas cosas,...y nosotros nos convertimos en nuestros propios verdugos haciendo que cobre sentido la idea de que nuestra especie se exterminará a sí misma cual escorpión al verse acorralado.

Y es irónico porque precisamente esta libertad de la que tanto presumimos es nuestra horca, y -por mucho que digamos- no disfrutamos a tomatazo limpio -salvo que los tomates los tiremos nosotros-.

Os dejo su post de hoy a raíz del cual ha venido esto...


El cáncer de la gilipollez


No somos más gilipollas porque no podemos. Sin duda. La prueba es que en cuanto se presenta una ocasión, y podemos, somos más gilipollas todavía. Ustedes, yo. Todos nosotros. Unos por activa y otros por pasiva. Unos por ejercer de gilipollas compactos y rotundos en todo nuestro esplendor, y otros por quedarnos callados para evitar problemas, consentir con mueca sumisa y tragar como borregos -cómplices necesarios- con cuanta gilipollez nos endiñan, con o sin vaselina. Capaces, incluso, de adoptar la cosa como propia a fin de mimetizarnos con el paisaje y sobrevivir, o esperar lograrlo. Olvidando -quienes lo hayan sabido alguna vez- aquello que dijo Sócrates, o Séneca, o uno de ésos que salían en las películas de romanos con túnica y sandalias: que la rebeldía es el único refugio digno de la inteligencia frente a la imbecilidad.

Hace poco, en el correo del lector de un suplemento semanal que no era éste -aunque aquí podamos ser tan gilipollas como en cualquier otro sitio-, a un columnista de allí, Javier Cercas, lo ponían de vuelta y media porque, en el contexto de la frase «el nacionalismo ha sido el cáncer de Europa», usaba de modo peyorativo, según el comunicante, la palabra cáncer. Y eso era enviar «un desolador mensaje» e insultar a los enfermos que «cada día luchan con la esperanza de ganar la batalla». Y, bueno. Uno puede comprender que, bajo efectos del dolor propio o cercano, alguien escriba una carta al director con eso dentro. Asumamos, al menos, el asunto en su fase de opinión individual. El lector no cree que deba usarse la palabra, y lo dice. El problema es que no se limita a expresar su opinión, sino que además pide al pobre Cercas «que no vuelva a usar la palabra cáncer en esos términos». O sea, lo coacciona. Limita su panoplia expresiva. Su lenguaje. Lo pone ante la alternativa pública de plegarse a la exigencia, o -eso viene implícito- sufrir las consecuencias de ser considerado insensible, despectivo incluso, con quienes sufren ese mal. Lo chantajea en nombre de una nueva vuelta de tuerca de lo política y socialmente correcto.
Pero la cosa no acaba ahí. Porque en el mentado suplemento dominical, un redactor o jefe de sección, en vez de leer esa carta con mucho respeto y luego tirarla a la papelera, decide publicarla. Darle difusión. Y así, lo que era una simple gilipollez privada, fruto del natural dolor de un particular más o menos afectado por la cosa, pasa a convertirse en argumento público gracias a un segundo tonto del culo participante en la cadena infernal. Se convierte, de ese modo, en materia argumental para -ahí pasamos ya al tercer escalón- los innumerables cantamañanas a los que se les hace el ojete agua de regaliz con estas cosas. Tomándoselas en serio, o haciendo como que se las toman. Y una vez puesta a rodar la demagógica bola, calculen ustedes qué columnistas, periodistas, escritores o lo que sea, van a atreverse en el futuro a utilizar la palabra cáncer como argumento expresivo sin cogérsela cuidosamente con papel de fumar. Sin miedo razonable a que los llamen insensibles. Y por supuesto, fascistas.
Ahora, queridos lectores de este mundo bienintencionado y feliz, echen ustedes cuentas. Calculen cómo será posible escribir una puta línea cuando, con el mismo argumento, los afectados por un virus cualquiera exijan que no se diga, por ejemplo, viralidad en las redes informáticas, o cuando quien escriba la incultura es una enfermedad social sea acusado de despreciar a todos los enfermos que en el mundo han sido. Cuando alguien señale -con razón- que las palabras idiota, imbécil, cretino y estúpido, por ejemplo, tienen idéntico significado que las mal vistas deficiente o subnormal. Cuando llamar inmundo animal a un asesino de niños sea denunciado por los amantes de los animales, decir torturado por el amor sea calificado de aberración por cualquier activista de los derechos humanos que denuncie la tortura, o escribir le violó la correspondencia parezca una infame frivolidad machista a las asociaciones de víctimas violadas y violados. Cuando decir que Fulano de Tal se portó como un cerdo irrite a los fabricantes de jamones de pata negra, llamar capullo a un cursi siente mal a los criadores de gusanos de seda, tonto del nabo ofenda a quienes practican honradamente la horticultura, o calificar de parásito intestinal al senador Anasagasti -por citar uno al azar, sin malicia- se considere ofensivo para los afectados por lombrices, solitarias y otros gusanos. Sin contar los miles de demandantes que podrían protestar, con pleno derecho y libro de familia en mano, cada vez que en España utilizamos la expresión hijos de puta.  

Podéis verlo en su blog: http://www.perezreverte.com/

martes, 18 de septiembre de 2012

Zumbadismo

Evitando tentaciones de comentarios obscenos -es inevitable- la semana pasada probé por primera vez el "Zumba".



Y digo yo, ¿a qué criatura se le ocurriría ponerle un nombre así por Dios? ¿no podrían haberle puesto "Dale que dale" o "Toma que toma"? -aunque tampoco suena del todo bien-

Cuando le comenté a mi marido que iba a hacer Zumba, me miró con cara extrañado -todos imaginamos qué dijo- y tuve que explicarle que es un mix entre aerobic y baile latino muy divertido, que todo el mundo hablaba muy bien, y que han abierto un sitio relativamente cerca de casa -se llama "Felichitá"-, donde me viene bien el horario y no me supone mucho trastorno organizativo.

Además, tengo que mover el culo -básicamente-.

Pues eso, la dieta ha sido un desastre, y aunque he decidido seguir controlándome con la comida, me niego a seguir pasándolo mal, que eso me afecta -y mucho- al carácter y ya bastante tengo con lo que tengo como para añadirle más tensiones al tema.

¿Si me gustó el Zumbadismo?
Pues sí, me gustó, la verdad es que me divertí -sin tener en cuenta que a los veinte minutos ya luchaba por no desmayarme del tute- pero bien, era el primer día, tampoco puedo pedir más.

Y vosotros, ¿habéis (os han) Zumbado también? -no me he podido resistir, entendedme-

viernes, 14 de septiembre de 2012

Presentaciones

Hoy os quiero presentar un proyecto especial que he iniciado a raíz de tener al pequeñín...un nuevo blog que escribo con mucho cariño desde la humildad y reciente experiencia de ser mamá :-)


Lo creé con la intención de no saturar este blog con temas infantiles y tal...que soy madre, pero también mujer y tengo que mantener ese apartado de mí misma.

Toquecillos de humor, algunos dibujos y muuuchas aventuras del gordito pelón.
Espero que os guste y me acompañéis días tras día y semana tras semana.

martes, 11 de septiembre de 2012

Divina "divain"

No soy capaz...y bien sabe Dios que lo he intentado, pero nada, incapaz soy.

¡Nunca seré una divina "divain"!

Y es que desde pequeña yo ya apuntaba maneras, mientras mis amigas se compraban los trapitos de última moda y se comenzaban a pintar líneas negras en los ojos...yo pasaba olímpicamente de esas cosas, - menuda chorrada - me decía. Siempre he sido vaga para eso, lo admito. 
Dios me ha dado la bendición de este pelo liso tabla que al viento se seca y, aunque puntas para allá y para acá, medianamente decente queda...y claro, así era yo.

Con los años me intento redimir, me cuido más, me peino mejor, intento hacerme mañosa en temas maquillajísticos, pero hija, sigo incapaz. 

Y es que están taaaaaan monas esas niñas en las fotos, esas que se ponen una bolsa de basura estilo "vintach", le añaden un par de complementos, varios lotes de pulseras de colores, un taconazo y bolso a juego y ¡ala! divinísimas de la muerte.
Esas que terminan de hacer ejercicio y tienen el pelo perfecto, esas que el moreno les dura todo el año con un tono perfecto, que sonríen y hasta las arrugas se les marcan con estilo!

Admiración total es lo que siento.
Está claro que yo en otra vida de camionera no he debido pasar porque...en fin.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Proyecto bamboo

Porque no tengo bastante con un marido hiperactivo, el trabajo, la dieta, la casa y un gordito pelón que no para de exigir atención a golpe de gritito, ....además, me he propuesto otro reto.

Voy a aprender a usar el "Ilustrator" de Adobe para poder realizar dibujos y personalizar aún más mis blogs,  es lo mismo que hago con mi agenda, pero actualizado a la era modenna del ordenador :P

Para esto, mi próxima y futura adquisición:


Sí, una tablet para poder dibujar de lo lindo, a ver cómo sale este proyecto ;-)

¿Alguna recomendación?
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