Hoy me he encontrado a mí misma hablando con el espejo y pensando cómo sería mi vida si hubiese elegido otro camino...imposible saberlo.
Imagen: google
Las decisiones están presentes en nuestra vida como el oxígeno al respirar...las necesitamos para vivir, tomamos millones de ellas a lo largo del día y apenas nos damos cuenta porque suelen ser de lo más banales y básicas. Pero otras marcan nuestra existencia y éstas sí que nos hacen reflexionar, en éstas sí que nos paramos, tomamos aire y sopesamos, hacemos listas interminables de pros y contras y -aún tomada la decisión- nunca sabremos si hicimos lo plenamente correcto o lo que te hará más feliz.
Siempre pienso en el "carpe diem" -aunque no en el sentido de ¡ala! a tomar por saco todo el mundo- como paso previo a tomar una decisión. La escala de valores nos va cambiando a lo largo de la vida, y en función de nuestra experiencia tenemos que adaptar nuestras decisiones a ella, a la nueva, a la de ahora.
¿Qué necesitas/quieres ahora, hoy mismo?
Pues hazlo.
-en la medida de tus circunstancias claro-
Hoy me he levantado con la sensación de que no despertaría mañana -no sé por qué-
Y me he dado cuenta de que debemos de agarrar la vida con fuerza, de aprovechar cada instante, de besar a los que nos rodean, de amar nuestro día a día -que es fruto de nuestras decisiones-...
...y si no somos felices, de CAMBIAR.
-algo, cualquier cosa, pégate el capricho-
Vivir anclado al miedo o a la indecisión, no es vivir plenamente.
Pd. ¡Ojo! este consejo no es apto para violencia en el trabajo, si le tienes ganas a tu jefe te aguantas que la cosa está mu mala! ^^
¡Feliz lunes lunero!