¿Ballena o sirena?

Me ha gustado mucho este texto que me ha enviado mi amiga Raquel por email (gracias guapa!).

Sin duda muchas veces no vemos más allá de nuestras narices y estas líneas son un buen ejemplo.

Me uno a las millones de mujeres que habrán colgado esto en sus blogs y webs para reivindicar que lo importante es estar SANA/O y sentirte bien contigo misma/o.

Y ojo, no quiero caer en la hipocresía barata, yo soy la primera que se ha llevado una lección, mi respuesta no ha sido la que, tras leerlo entero, me hubiera gustado pensar...

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Hace unos días, en una ciudad de Francia, un cartel con una joven espectacular en el escaparate de un gimnasio, decía:
'ESTE VERANO ¿QUIERES SER SIRENA O BALLENA?'

Dicen que una mujer joven-madura, cuyas características físicas no han trascendido, respondió a la pregunta publicitaria en estos términos:


"Estimados señores:

Las ballenas están siempre rodeadas de amigos (delfines, leones marinos, humanos curiosos). Tienen una vida sexual muy activa, se embarazan y tienen ballenitas de lo más tiernas a las que amamantan. Se lo pasan bomba con los delfines poniéndose moradas de camarones. Juegan y nadan surcando los mares, conociendo lugares tan maravillosos como La Patagonia , el mar de Barens o los arrecifes de Coral de la Polinesia. Las ballenas cantan muy bien y hasta graban CD's. Son impresionantes y casi no tienen más depredador que los humanos. Son queridas, defendidas y admiradas por casi todo el mundo.

Las sirenas no existen. Y si existieran harían colas en las consultas de los psicoanalistas argentinos porque tendrían un grave problema de personalidad '¿mujer o pescado?' No tienen vida sexual porque matan a los hombres que se acercan a ellas, además por donde?. Así que tampoco tienen hijos. Son bonitas, es verdad, pero solitarias y tristes. Además ¿quien querría acercarse a una chica que huele a pescadería?.

Yo lo tengo claro, quiero ser ballena.

En esta época en que los medios de comunicación nos meten en la cabeza la idea de que solo las flacas son bellas, prefiero disfrutar de un helado con mis hijos, de una buena cena con un hombre que me haga vibrar, de un café con pastas con mis amigos. Con el tiempo ganamos peso porque al acumular tanta información en la cabeza, cuando ya no hay más sitio, se reparte por el resto del cuerpo, así que no estamos gordas, somos tremendamente cultas. Desde hoy cuando me vea el culo en el espejo pensaré, madre mía, lo lista que soy."